Según la teoría de Charles Darwin sobre la evolución de las especies, los antepasados del hombre evolucionaron a partir de primates que habitaban en selvas y bosques tropicales, donde se alimentaban de tallos, hojas, raíces, semillas y frutos silvestres. Los homínidos, grupo de primates en el que está incluido el hombre -hoy su único representante-, abandonaron pronto la selva, pero continuaron aprovechando los recursos que ella les brindaba, no sólo en alimentos sino para obtener fuego y fabricar armas, viviendas y hasta medios de transporte.
En el pasado, las selvas cubrían superficies mayores que las actuales. Es probable que la selva africana se extendiera por el este y el norte hasta unirse con las selvas de Arabia y de la India. Se cree que la influencia del hombre sobre los cambios climáticos modificó el espacio en esas regiones. Los estudios han demostrado que hubo selvas vírgenes desde los tiempos del cretácico, hace más de 100 millones de años. Los fósiles de aquellas épocas confirman que el norte de Europa estuvo poblado de selvas semejantes a las que hoy cubren los trópicos
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